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Cuba

  • Foto del escritor: nicolasriveras
    nicolasriveras
  • 10 ago 2023
  • 3 Min. de lectura

Lo siento isla bonita, te fallé. No pude retratar fielmente tu belleza. ¿Es posible que una foto capture la belleza? Creo que no. Pero lo intenté. Mirar, observar, encuadrar, respirar, mirar para los lados que un carro no venga, sacar la cámara, observar y encuadrar de nuevo, disparar. Respirar. Rezar porque el personaje no se haya movido, rezar porque el personaje aparezca. Rezar porque la imagen se guarde, rezar por haber captado la belleza.


En Platón la belleza existe. Es. Se ha de perseguir y se puede alcanzar. “Dem Wahren, Schönen, Guten”, reza lo alto de la ópera de Fráncfort del Meno en Alemania siguiendo al filósofo griego: lo verdadero, es bello y es bueno, triada que acompaña a Occidente desde el segundo milenio antes de Cristo, este último siendo el camino, la verdad y la vida, antes de que Nietzsche y el siglo XX mataran a Dios, y con él a la verdad, y con la verdad lo bueno y con lo bueno, lo bello.


Vivimos desde entonces en un mundo sin bondad, sin belleza y sin verdad, a la deriva. Pero Cuba es bella. Y es bella porque es buena. Y es buena porque es verdadera. En un mundo sin moral, Cuba exhala moral. En un mundo sin belleza, Cuba desprende belleza. En un mundo sin verdad, Cuba es lo verdadero.


Y lo verdadero no es el hormigón, que se caiga el hormigón, lo verdadero es el color, que se quede el color. La belleza no está en la música, la belleza es el baile, que se quede el baile. La verdad no es la pretensión de ser algo más por beber una Coca-Cola o por tener un bolso de Gucci o de Prada, la verdad es el pescador que enseña a pescar en la orilla. El que tiene el bolso o la bebida pretende ser y nunca será. El que tiene la caña es y, por ser, será.


¿Qué será lo que tiene la Isla? ¿Es el color? ¿La raza? ¿La mezcla? ¿El mar? ¿La gente? ¿Es Guevara? ¿Es el reggaetón? ¿Es la lengua? ¿Es España? ¿Es el arroz moro? ¿Es el ron? ¿Por qué los fotógrafos se desviven por Cuba? ¿Por qué los fotógrafos mueren por Habana? Porque es bella. Porque es mirar y disparar y la foto va a quedar preciosa. Sin discusión. Por el color, por la temperatura, por las curvas por la composición, por los modelos, por las sonrisas, por los coches, por la gente… Es fácil ser fotógrafo en Cuba. Y más fácil ser fotógrafo y revolucionario en Cuba. Porque Cuba es razones. Cuba es bella.


De mil fotos tomadas he dejado algo más de cien. Y aunque quizá viéndolas en conjunto parecieran desprender algo de la belleza de la isla… en realidad, son solo una sombra de esa belleza. Las fotografías (y este mundo de la imagen exacerbada y multiplicada por el internet y por las redes) son sombras de la belleza. Creemos que vemos la belleza cuando vemos una foto, pero esa no es la belleza, esa es una sombra de la belleza, es una sombra de lo real, la belleza está en lo real.


El fotógrafo es un iluso que cree que detiene el tiempo y que cree que captura la belleza en una reacción química o en una eléctrica, pero ni lo uno ni lo otro. El fotógrafo es un alquimista al servicio de la mentira, de lo malo y de lo feo. Un esclavo y un servidor de la sombra. De las sombras. Fotos es luz en griego y por eso el fotógrafo se llama fotógrafo y la fotografía, fotografía: porque supuestamente el fotógrafo escribe con luz… fotos, luz, grafos, escribir… pero deberían llamarse eskiagráfos, porque escriben con sombra, skia del griego sombra.


La belleza no está en la fotografía, ni en la red. La belleza está en Cuba. Y lo bueno. Y lo verdadero.

 
 
 

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